jueves, 22 de septiembre de 2016

Liturgia Eucarística



Liturgia Eucarística
El sacerdote presenta a Dios los dones del pan y del vino que, por la Consagración, se convertirán en el Cuerpo y la Sangre del Señor. Esta parte se conoce como el 'Ofertorio'.

PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS (SENTADOS)

Al ofrecer el pan, el sacerdote dice:

Bendito seas, Señor, Dios del Universo, por este pan, fruto de la tierra y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos: él será para nosotros pan de vida.

Si el sacerdote lo ha dicho en voz alta, el pueblo aclamará:

- Bendito seas, por siempre, Señor.

El diácono o el sacerdote dice en voz baja mientras pone vino y un poco de agua en el cáliz:

El agua unida al vino sea signo de nuestra participación en la vida divina de quien ha querido compartir nuestra condición humana.

Al ofrecer el vino, el sacerdote dice:

Bendito seas, Señor, Dios del Universo, por este vino, fruto de la vid y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos: él será para nosotros bebida de salvación.

Si el sacerdote lo ha dicho en voz alta, el pueblo aclamará:

- Bendito seas, por siempre, Señor.

El sacerdote, inclinado, dice en secreto:

Acepta, Señor, nuestro corazón contrito y nuestro espíritu humilde; que éste sea hoy nuestro sacrificio y que sea agradable en tu presencia, Señor, Dios nuestro.

Mientras el sacerdote se lava las manos, dice en secreto:

Lava del todo mi delito, Señor, limpia mi pecado.

El celebrante se va al centro del altar y, de cara al pueblo, dice:

Orad, hermanos, para que este sacrificio mío y vuestro, sea agradable a Dios, Padre todopoderoso. (DE PIE)

El pueblo responde:

- El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.