Jesús les dijo
esta parábola: «¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas y pierde una de ellas,
no deja las noventa y nueve en el desierto y va tras la descarriada, hasta que
la encuentra? Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento;
y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos, y les dice: “¡Alegraos
conmigo!, he encontrado la oveja que se me había perdido”. Os digo que así
también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que
por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.
Mt 9, 3-7.