Con
estos deseos, con el tono consolador de este diálogo de amor y de Nueva
Alianza, nos acercaremos hoy a comulgar con devoción. Dejemos que la memoria
Viva del Señor nos gane el corazón, unja de agradecimiento y esperanza todos
los rincones de nuestra vida, especialmente aquellos donde no nos animamos a
que entre su luz y la calidez perdonadora de su misericordia.
Homilía del cardenal
Jorge Mario Bergoglio SJ, a los jóvenes de la arquidiócesis de Buenos Aires en
la Solemnidad de Corpus Christi (13 de
junio de 2009)