He aquí, yo estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta entraré a él, y cenaré con él y él conmigo. (Ap. 3,20).
martes, 16 de agosto de 2016
Asunta al cielo
La Iglesia celebra la culminación de las maravillas que Dios realizó en María: Su Asunción gloriosa al cielo.
Sublime Sacramento
Debes creer a Dios todopoderoso en este sublime Sacramento más que a tus propios sentidos y a las señales visibles.
(Imitación de Cristo. Tomás de Kempis)
La Eucaristía sabe a María
La Eucaristía sabe a Vida Eterna y sabe a María, porque la carne que se nos da en la Eucaristía es carne tomada de María.
(Sierva de Dios Madre Teresa María de Jesús Ortega)
Pan y vino consagrados
El pan y el vino consagrados separadamente nos recuerdan la separación sangrienta que tuvo lugar en el Calvario. (Pío XII)
Creo
Creo en Dios Padre. Esta es una palabra como para volvernos locos de alegría
(José Luis Martín Descalzo. Sacerdote)
Falta amor
Quien dice que no reza por falta de tiempo, lo que le falta no es tiempo, lo que le falta es amor. (San Juan Pablo II)
Adorar no es un lujo, es una prioridad
Sin adoración no habrá transformación del mundo... Adorar no es un lujo, es una prioridad. (Benedicto XVI)
Donde está tu tesoro está tu corazón
Donde está tu tesoro allí estará tu corazón.
Jesús amoroso, el más fino amante, quiero en todo instante solo en Ti pensar. Tú eres mi tesoro, Tú eres mi alegría, Tú eres vida mía, yo te quiero amar.
En cada hora de adoración
Que entendamos, Madre, que en cada hora de adoración, Jesucristo nos sana, nos bendice y nos regala paz y amor.
Unión con Cristo
Cuando peor te sientas, más gana tiene Cristo de unirse a ti.
(Siervo de Dios José Rivera. Sacerdote)
Transformación
El Cuerpo y la Sangre de Cristo se nos dan para que también nosotros mismos seamos transformados. Nosotros mismos debemos llegar a ser Cuerpo de Cristo, sus consanguíneos. (Benedicto XVI)
lunes, 15 de agosto de 2016
Medicina, antídoto, remedio
Es MEDICINA de inmortalidad, ANTÍDOTO para no morir, REMEDIO para vivir en Jesucristo para siempre. (San Ignacio de Antioquía)
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